Revancha. Hace un año, Nicolás Priano recibió una llamada donde le dijeron que no había ganado la beca que quería para estudiar. Quedó en segundo lugar, y hubiera preferido no saberlo. Poco después, Rosario Queirolo le contó de otra beca a la que podía aplicar. Debía presentar un proyecto de investigación a la ANII, y ella se ofreció a ser su tutora.
Cuando era niño, Nicolás se sentaba a mirar televisión. Miraba el informativo. En el 2002, cuando el país pasaba por una de las más grandes crisis económicas, él se sentaba y entretenía escuchando a políticos hablar. Años más tarde, siendo adolescente y aún cursando en el liceo, decidió a qué quería dedicarse.
Nicolás Priano es licenciado en Ciencias Políticas. La motivación inicial para estudiar esto fue entender el marketing político. Sentía curiosidad por las dinámicas del poder, quería saber cómo funcionaban las campañas y los discursos, entender cómo los mensajes conquistaban y convencían a votantes indecisos.
Nicolás tiene 31 años y lleva 29 nadando. Aprendió a caminar y a nadar casi al mismo tiempo. Su vida en Mercedes era algo así: liceo, inglés, natación. Desde muy chico, el agua ha sido su refugio, su terapia. Nadar le da un respiro y un espacio para reflexionar. Este deporte, que demanda disciplina y perseverancia, refleja los principios que Nicolás aplica en su día a día. Constancia y dedicación, valores que trascienden el ámbito deportivo y se filtran en cada aspecto de su vida.
“Me planteo objetivos que sé que puedo cumplir, y con buena calidad"
Con 18 años, Nicolás dejó atrás su hogar en Mercedes para mudarse a Montevideo y continuar con sus estudios. Sus padres le alquilaron un monoambiente, que recuerda entre risas y algún dejo nostálgico. El L7, en el barrio Cordón. Barrio donde vive hace años, del que se siente parte. Más de acá que de allá. Más montevideano que mercedario.
Antes de terminar la carrera de grado comenzó un diploma de postgrado: “Drogas, regulación y control”. A su vez, se integró a la ONG Imaginario 9. En esta organización, aplicó un enfoque de reducción de daños que desafía las nociones tradicionales sobre el consumo de drogas. En lugar de criminalizar o moralizar, el objetivo es comprender, educar y mitigar los riesgos. Así empezó a explorar cómo las políticas pueden moldear comportamientos y cómo los comportamientos pueden informar políticas más efectivas y humanas.
Imaginario 9 realiza intervenciones en contextos de ocio, como fiestas electrónicas, donde brindan información y apoyo a los asistentes sobre el uso seguro de sustancias.
En paralelo, mientras cursaba el diploma de postgrado e integraba la ONG, Nicolás comenzó a trabajar en la Junta Nacional de Drogas. Lo contrataron sus tutores. Evaluaba las políticas de drogas de los últimos 5 años del Frente Amplio. Hasta la pandemia de COVID-19. Cambió el gobierno, se le venció el contrato. Se quedó sin contactos.
Actualmente, Nicolás está cursando la Maestría en Políticas Públicas y trabaja como asistente académico en la Universidad Católica del Uruguay.
“Estoy muy contento porque siento que estoy donde tengo que estar”
Tiene una beca de la ANII y una beca Impulso a la Investigación de la Escuela de Postgrados UCU. Ya sabía la maestría que quería hacer, y junto con Rosario Queirolo, definió el tema a investigar. La línea de interés estaba marcada: evaluación de políticas públicas. Su experiencia lo llevó a terrenos conocidos.
Cuando recién se recibió, participó de una discusión parlamentaria. Lo eligieron a él como representante de Imaginario 9, para hablar de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y los artículos relacionados con drogas. Fue a defender su postura e instaurar una discusión respecto al tratamiento de los artículos relacionados.
“Ahora le he podido encontrar un hilo conductor a mi carrera que me enorgullece bastante”
En la UCU conoció gente que trabaja en temáticas parecidas. Compañeros de clase y colegas, con los que además de compartir clases, comparte proyectos. Está trabajando con investigaciones de las áreas que le interesan. La UCU le proporciona a Nicolás las herramientas académicas necesarias para su carrera, y también le ofrece un entorno que fomentaba el crecimiento personal y profesional.
Él se imagina un futuro tranquilo. Evaluando políticas públicas, trabajando en la OPP. Quiere seguir estudiando, hacer un doctorado en el exterior. Y volver a Uruguay. Nicolás siente que tiene cosas para hacer acá, que, de una forma u otra puede aportar su granito de arena.