El inicio de la nueva Especialidad Médica en Cirugía Plástica en la Escuela de Postgrados de la Universidad Católica del Uruguay representa un hito importante no solo para su director, el Dr. Jesús Manzani, sino para todo el equipo docente que trabajó en la construcción de esta propuesta académica. "Es un logro en equipo", afirma Manzani, destacando el esfuerzo y profesionalismo que se volcaron en cada etapa de avance del proyecto. La concreción de esta especialidad responde a una necesidad largamente detectada en el país: la falta progresiva de profesionales formados en cirugía plástica, una carencia que se hizo más evidente a partir de la implementación del Sistema Nacional Integrado de Salud en 2007.
Con la expansión de la cobertura médica, aumentaron también las obligaciones asistenciales, y la demanda de cirujanos plásticos comenzó a superar con creces la oferta existente. El equipo liderado por Manzani realizó un estudio que evidenció esta brecha, proyectando un escenario cada vez más complejo si no se tomaban medidas.
En cuanto al problema del intrusismo en cirugía plástica estética, Manzani reconoce que es una realidad que se observa con frecuencia. Señala que la manera de abordarlo es, tal como plantea, "con una formación de profesionales sólidos", complementada con mecanismos de regulación y control a cargo del Ministerio de Salud Pública (MSP).
El plan de estudios, diseñado para desarrollarse en tres años, estructura la formación a través de seis módulos progresivos que acompañan el crecimiento de los estudiantes en autonomía clínica y quirúrgica. Desde el Básico de Cirugía General hasta el Módulo Integral de Cirugía Plástica, cada etapa pone énfasis en la adquisición de competencias técnicas, el manejo seguro de los pacientes, y las habilidades relacionales indispensables en la práctica médica. "El eje siempre será humanístico y de cuidado seguro", destaca Manzani, reafirmando la orientación ética de la propuesta.
La formación en investigación es otro de los pilares de la especialidad. En articulación con la Vicerrectoría de Investigación e Innovación, los estudiantes serán introducidos en la actividad investigadora como parte fundamental de su formación integral. "La investigación es parte del ser y el hacer del futuro profesional", afirma el director.
El equipo docente que acompaña este proyecto reúne profesionales de primer nivel, con amplia trayectoria académica y asistencial. Una de las fortalezas que Manzani subraya es la diversidad generacional entre los docentes, que permite conjugar la experiencia de profesores de larga carrera con la energía y la innovación de las generaciones más jóvenes.
En cuanto a las prácticas clínicas, los estudiantes rotarán por tres instituciones de referencia: el CASMU, el Hospital del Banco de Seguros del Estado (HBSE) y el Hospital Pereira Rossell (HPR). Cada centro aporta una perspectiva diferente: el HBSE como hospital de trauma, el CASMU como institución de alta complejidad en patologías agudas y crónicas, y el HPR como referencia nacional en patologías pediátricas, incluyendo quemaduras y malformaciones. Estas prácticas se desarrollarán siempre bajo la supervisión docente, garantizando la calidad formativa en cada instancia.
La especialidad también incorpora innovaciones pedagógicas que la distinguen: una relación docente-alumno de 2 a 1, que asegura supervisión continua y personalizada, y la inclusión de formación específica en dermatología clínica, incluyendo prácticas con tecnologías de láser de alta frecuencia. "Queremos que los estudiantes tengan acceso a las últimas innovaciones en tratamientos de piel", señala Manzani.
De cara al futuro, el impacto que se espera lograr es claro: mejorar la cobertura de servicios de cirugía plástica en el sistema de salud uruguayo, especialmente en áreas críticas como urgencias y policlínicas, y reducir las listas de espera que afectan actualmente a los pacientes. "También queremos cubrir una necesidad insatisfecha en cuanto al interior de nuestro país", agrega.
La cirugía plástica, recuerda Manzani, tiene como propósito devolver la función y la anatomía perdidas por accidentes, quemaduras, cirugías o malformaciones congénitas. Pero también implica abordar, desde un enfoque ético y psicológico, el mejoramiento del aspecto físico a través de la cirugía estética. "Formar cirujanos plásticos implica formar profesionales integrales, comprometidos con la ética, la humanización y la excelencia médica", concluye